Decimos esto porque hay dos tipos de clarividencia y uno de ellos es precisamente en la clarividencia positiva, es aquella voluntaria, en donde el individuo se encuentra capacitado a voluntad; este tipo de clarividencia generalmente se desarrolla teniendo una vida pura de servicio y es importante que cuando la persona haya desarrollado su capacidad de clarividencia, sea entrenada correctamente en cuanto al uso de su poder.
En el caso de clarividencia negativa, podemos decir que la misma es involuntaria y se presenta cuando a la persona se le presentan visiones de mundos internos sin tener control sobre la visión. De más está decir que desarrollar involuntariamente este tipo de clarividencia puede ser muy peligroso ya que la persona que la esta recibiendo queda expuesta a la posesión de entidades que como sabemos, puede afectar seriamente no solo la salud de la persona sino también su vida por completo.

Existen en el cerebro dos órganos pequeños denominados la glándula pineal y el cuerpo pituitario, y hasta la actualidad, la ciencia no ha hechos demasiados avances en cuanto a la investigación de las funciones que dichos órganos deben cumplir. La glándula pineal vendría a ser lo que todos conocemos como el tercer ojo. Es importante que consideremos esto ya que ambos órganos no se encuentran atrofiados y en degeneración como muchos científicos aseguran, simplemente se encuentran dormidos. En la antigüedad, los hombres estaban conectados con estos órganos, siendo los mismos el único medio de percepción, pero en la actualidad la mayoría de las personas poseen estos centros completamente dormidos y precisamente este factor es el que más dificulta al desarrollo de la clarividencia positiva. En cuanto a la negativa, su desarrollo es mucho más fácil ya que depende enteramente del nivel de actividad que posean estos centros.
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